viernes, 23 de mayo de 2008

Muchas veces nos valoramos a nosotros mismos, por nuestro físico, o alguna de nuestras, habilidades, o nuestro intelecto.

Cierto es que en el mundo real (en este capitalismo en el que estamos inmersos, como victimas productoras de bienes y servicios) algunas características de estas si tienen relevancia.

Pero en nuestra realidad mas profunda, en nuestra verdadera esencia como seres humanos, no deberíamos de fijarnos en muchos de esos detalles, para poder ver con los ojos del corazón.

La comercialización del mundo nos hace caer a menudo en errores que nos alejan de lo que realmente debería ser importante para nosotros,…quien logre vislumbrarlo…conseguirá la anhelada felicidad.

Nuestro deber hacia nosotros mismos y hacia los seres que nos aman es conservar nuestra salud mental y física para poder servirnos y servirles a los demás (recordemos que es una necesidad humana el sentirse útiles).

En nuestras relaciones, en nuestros diálogos, y hasta en nuestros propios errores con los demás podemos encontrar una fuente de motivación por la vida,…el simple hecho de querer ser, mejor, esposo, padre, trabajador, amigo, o estar en deuda con alguien (no económicamente sino en cuestión espiritual y moral) tal vez un favor, o deber una disculpa, hacen que realmente debamos vivir, para pagar las deudas o bien aprender de lo que hicimos mal o bien , y transmitirlo, ser lo suficiente mente sensibles para aceptar nuestros propios errores, corregirlos, y ayudarles a otros a que no sufran lo que nosotros ya experimentamos.

Tenemos muchas debilidades, económicas, nuestra propia vanidad, nuestros miedos (a veces ya sin razón), nuestras amargas experiencias del pasado, nos encadenan y no nos dejan amarnos ni amar a los demás como realmente deberíamos hacerlo.

Es muy importante darnos cuenta a tiempo de las capacidades emotivas que tenemos, es la verdadera fuerza de uno, del interior nos guiarán y surgirán nuestra voluntad, nuestro poder para cambiar al mundo,… los milagros si existen ( en cada mirada o caricia amorosa de nuestros padres, de un beso de quien nos ama, en una felicitación o una petición de perdón sincera, en la sonrisa de los hijos, en una reconciliación de una pareja, en ver aliviada una enfermedad, en que una persona sea enviada hacia la luz cuando ha cumplido su misión sobre la tierra, en ver la satisfacción de alguien a quien le enseñas, en tener un amigo, en caer y volver a levantar el vuelo, en que alguien te diga …¡te amo!, en el simple hecho de vivir…, en tener fe, en poder dar).

¡En todas esas cosas que parecen pequeñeces, en esas “simplezas” encontraremos la verdadera Grandeza!.

Todo, pero absolutamente todo lo demás, debemos de darle la importancia que tiene, y no sobrevalorar aspectos que solo nos restaran valor a nosotros mismos.

Esto que les he escrito, me lo han enseñado, mis mi padres, mi hermano, mi esposa, mi hija ,mis maestros, mis alumnos, mis amigos, mis aciertos, mis fracasos el camino que he recorrido , …la vida, la fe… mi Dios y Señor .

Transmitan lo bueno, perdonen, déjense perdonar, confíen y tengan fe, amen mucho, vean con los ojos del corazón, y si lo logran jamás pierdan esa capacidad, para que cada semilla que siembren en su campo sea una semilla de Grandeza.

Atentamente

Un ser humano:

Alejandro Rubio Torres.




3 comentarios:

VTowers dijo...

Hola !!!


¿Tú estudiaste Programación en Bátiz del 85 al 88?.

De ser así por favor escribe a: mvanessath@hotmail.com

david dijo...

Alex, me platicó la vanessita de tu blog es un gusto saber que estás bien, sé que eres tú por tu nena que es igualita a ti,te salió bien bonita, sería padrísimo te comunicaras con nosotros, te mando un gran gran abrazo, tu amigo david cruz

miriam dijo...

la nena esta hermosisima saludos profe !!!!!